Recetas
1 conejo de uno o dos kilos
1 pimienta picona
1 cabeza de ajos
aceite de oliva
vinagre
1 vaso de vino blanco
1 vaso de agua
1 cucharada de pimentón dulce
1 cucharada de comino
1 hoja de laurel
sal gorda
Limpiamos y troceamos el conejo en pedazos medianos. Se le añade un puñado de sal gorda y se remueve para que se distribuya bien y se reserva, mientras preparamos el Salmorejo o adobo.
En el mortero se machaca la cabeza de ajo con una pizca de sal gorda, el pimentón y la pimienta picona. Cuando la mezcla esté bien homogénea se le añade un chorrito de aceite y un chorro generoso de vinagre. Se deja caer esta mezcla sobre una cazuela de barro en la que previamente hemos puesto el conejo y se deja que todo se impregne bien. Por encima le ponemos un vaso de vino blanco, comino, orégano y una hoja de laurel y se deja macerar durante toda la noche.
Al día siguiente, en una sartén, se fríe el conejo en aceite. En el mismo aceite de freír la carne, echamos el salmorejo que nos ha sobrado y le damos un hervor. Se le añade vino blanco en el caso de que la carne quede muy espesa y se pone a fuego lento durante una hora y cuarto, dándole vuelta a los trozos de conejo hasta que esté en su punto.
Rectificar de sal y servir. Acompañar con papas arrugadas.