Investigaciones del Gobierno de Canarias desvelan que en las Islas hay 21 variedades de vid exclusivas a nivel mundial

Las Palmas de Gran Canaria – 03 septiembre 2012

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias a través del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), viene desarrollando desde hace cinco años diferentes estudios que han permitido hasta ahora conocer la existencia de 21 variedades de vid, cultivadas tradicionalmente en el Archipiélago, que están presentes únicamente en las Islas.

El hecho de disponer de variedades de interés enológico no cultivadas en otras regiones vitícolas permite diferenciar los vinos canarios, aumentando así su competitividad en los mercados exteriores, cada vez más exigentes.

Asimismo, como resultado de estas investigaciones- que tienen como objetivo conocer, recuperar y conservar el rico patrimonio vitivinícola canario y ofrecer al viticultor nuevas posibilidades de cultivo que hagan destacar el vino isleño para poder competir mundialmente en la comercialización de estas producciones-, de las casi 300 entradas analizadas se han encontrado 54 variedades distintas cultivadas en las Islas, la mayoría minoritarias, y en el caso de una veintena, al ser únicas en el mundo, en peligro de extinción.

A finales del siglo XIX la filoxera arrasó parte del viñedo existente en España y en Europa, pero la lejanía con respecto al continente europeo supuso un freno para su propagación en las Islas, por lo que los científicos piensan que en nuestro Archipiélago aún perduran variedades que en algunos casos cuentan con 500 años y que en el resto de Europa se han perdido, además de aquellas originadas en Canarias como cruces espontáneos y que por lo tanto no se encuentran en el resto del mundo.

Investigadores del ICIA, centro que cuenta en la actualidad la colección de variedades de viñedo más importante de Canarias, cuyo origen se remonta a los años 80, han trabajado, en este tiempo y en colaboración con otros centros de investigación, en la caracterización morfológica y molecular del material presente en este registro- en el que existían muchas entradas sin estudiar- y en su ampliación con nuevas prospecciones por las Islas en las que han contado con el apoyo de viticultores y bodegueros, cabildos, ayuntamientos, y denominaciones de origen, entre otras entidades.

Los resultados de estos trabajos se fundamentan en la identificación de dichas muestras empleando distintos métodos de caracterización molecular-esto es, analizando su ADN- y morfológica- que implica un examen y evaluación visual del material vegetal, teniendo en cuenta todos los órganos de la planta como el brote joven, el pámpano, la hoja joven y adulta, el racimo, la baya o fruto y el sarmiento-, así como la búsqueda de sinonimias entre variedades cultivadas en el archipiélago, la Península y otros países europeos.

Una vez determinadas estas similitudes se trata de conocer su comportamiento agronómico y potencial enológico en las distintas regiones vitivinícolas de las islas, para poder aconsejar al viticultor sobre la adecuación de cada variedad en cada zona de cultivo.

Conservación del patrimonio vitícola

En la actualidad, el cultivo de vid en Canarias es el segundo en importancia en cuanto a superficie cultivada, después del plátano, ocupando 8.786 hectáreas, lo que supone el 21,15% de la superficie total cultivada en las islas. Dada su importancia en el sector agrario canario, el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) cuenta con un grupo de investigación centrado exclusivamente en el estudio de la vitivinicultura canaria.

El patrimonio vitícola de Canarias es muy amplio debido a la inmensa cantidad de variedades traídas por los conquistadores en el siglo XV, principalmente de toda la geografía peninsular y otras culturas del Mediterráneo, dada la situación geográfica privilegiada del archipiélago que fue escala obligada en todas las rutas oceánicas.

La aparición de la filoxera a finales del siglo XIX, que arrasó prácticamente con la totalidad del viñedo europeo, ocasionó la desaparición en el continente de muchas variedades de vid cultivadas hasta entonces. Se piensa que algunas de estas variedades aún pueden estar presentes en el Archipiélago, que no se vio afectado por esta plaga.

Fuente: Instituto Canario de Investigaciones Científicas

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